miércoles, 10 de septiembre de 2008

Perdidos en la niebla

Ando un poco perdida, deambulando por el Valle. Hay niebla, apenas veo, pero tengo una gran noticia que quiero compartirles. Me puse a ver el tema de armar un blog, porque todavía estoy a la intemperie, y me podría servir de morada... hay mucho viento, además de la niebla, no se ve la luna..... Pensando en que los voy a encontrar, sigo caminando y espero el momento de ver al primer compañero o compañera...
Este texto de Silvia, compañera del curso Expedición a las alturas de la Web 2.0 me llevó a pensar en la relación entre la vivencia de la intemperie, la necesidad de armar morada y la esperanza del encuentro con los demás.
Me puse a buscar escenas de niebla en mi memoria y apareció un viaje por el Infiernillo en alturas de Tucumán. El mundo apenas esbozado, los límites entre las cosas difuminados, el misterio, ¿la soledad? Hace poco, Buenos Aires cubierta de humo... el sol apenas dibujado. La sensación de estar fuera del tiempo, de no saber bien qué hora es, la certeza abandonada.
Y después, el cine, por supuesto. Ese gran banco de imágenes que persisten en la niebla de nuestra memoria.
Los sueños de Akira Kurosawa (1990), la escena del escalador que se pierde en la niebla y busca con desesperación el camino sin saber que su carpa estaba ahí, a pocos metros. La bellísima secuencia de Amarcord del inefable Federico en la que el abuelo tras salir de casa, se interna en la espesa niebla y se pierde en ella. Mientras va pensando que quizás aquello sea la muerte, que la muerte sea así, que desaparezca todo y uno se encuentre solo, sin la gente, las casas, los pajarillos ...
Salgo de mi memoria y me zambullo en la blogósfera.


Quizá sea por esa niebla, que no me deja ver, que necesito escribirlo todo, a ver si así me aclaro, dice una voz en el Libro de Arena, un portal de blogs literarios.

Sigo navegando y descubro en You Tube la niebla como un espacio que invita al encuentro difuso, misterioso pero intenso con los demás.
¿Qué tal si celebramos la niebla como un espacio mágico y nos ponemos a bailar?

Las fotos pertenecen al Diario de Poesía de Verónica Andrea Ruscio y a El cine que ya tendrías que haber visto









3 comentarios:

silvia ene dijo...

Nora, me encantó tu comentario (o como se llame...) y las fotos de hoy. Te felicito por los links, que llevan a lugares fascinantes. Como el blog de Verónica, que dice...
La tierra se diluye,
escapa,
hundida en la blanca ceguera
de la bruma.

¿Cómo se hacen los links? ¿Están explicados en alguna parte?
También me gustó porque me trajo recuerdos, tendría unos diez años cuando crucé El Infiernillo.. con el Ford de mi papá.
Gracias.

Biblioteca Popular Babel dijo...

Esta es tu ciudad. Vos sos la anfitriona. Abrís la puerta con las llaves que son tus palabras, entonces... me paseo, observo, espío en los rincones, voy, vuelvo; salgo por una puerta lateral, entro por una ventana creyendo que es la puerta del frente; recorro pasillos (¿o serán laberitos?) me quedo a mitad de camino, porque no sé cómo regresar al origen (¿cómo llegué hasta acá?) atraida por una luz, una imagen, un texto. Sostenida por la red, me siento acróbata, saltando de un punto a otro, manteniendo el equilibrio entre el tiempo de adentro y el de afuera...


Y gracias por el dato de "Las ciudades..." de Calvino. Ya las bajé para releerlas.

Lihuén - Velas y fanales dijo...

Hermoso Nora muyyyy interesante.