viernes, 5 de septiembre de 2008

Desatando nudos

Busco la punta del ovillo pero solo encuentro cabos sueltos, señales, caminos posibles, mil posibilidades. Sigo el hilo...y encuentro el primer nudo. Tiro el I Ching. Aparece Ta Chuang El Poder de lo grande. Es propicia la perseverancia, dice el oráculo. El movimiento se halla en consonancia con el cielo.
Sigo caminando, entonces, dispuesta a des-atar el nudo, a disolver lo que está duro y a medida que escribo, desato, desanudo, separo lo reunido.
Las palabras, son otros nudos.
Nudos de letras que adquieren significados solo cuando se anudan. Nudos de líneas que se enlazan en grafías para armar los caminos que seguirán los otros cuando me lean. Caminos imprevisibles que apenas puedo indicar pero que nunca podré recorrer ya que nadie lee el mismo texto.
Cuando era adolescente escribía poemas y sentía el libre fluir de la tinta en la sangre y de la sangre en la tinta. El pulso y la letra unidas en un mismo movimiento de la mano que daba por resultado un trazo que unido a otro trazo conformaba una línea, un párrafo, un texto sobre el papel. Un hilo de tinta tornaba visible lo que un momento antes era invisible.
¿Cómo se siente escribir en tiempos de Internet ?
El ruido del trazo sobre el papel es reemplazado por el sonido seco del teclado, el pulso ya no se expresa ininterrumpidamente a través de la tinta. Este golpear sobre las teclas es mucho más afirmativo, decisivo, seguro. Pero los nudos siguen ahí intentando apresar la materia imprecisa. Con la birome o con la tecla, la tarea sigue siendo la misma: anudar letras que anuden los ojos del lector mientras nos des-nudan.
Escribir un blog se parece, entonces, a construir sogas que otros podrán desatar a su modo, tejer hilos y lanzarlos ovillados al ciberespacio para que otros los des-plieguen, los des-aten y vuelvan a anudarlos de mil modos otra vez.

5 comentarios:

Dilaca dijo...

Recalo en tu "casa".
La calidez de tu verba me resguarda del frío extraño en este desacostumbrado septiembre con nieve.
Hay un dejo de sabiduria profunda en tus palabras que interrogan más que afirman.
Un ovillo se desliza sobre una superficie de granito siguiendo al caprichoso relieve de la montaña.Alguien más atrás lo detiene, lo alza, lo observa,termina dándose cuenta de que te pertenece, lo devuelve con un gesto juguetón arrojándolao al aire. Estás allí adelante, esperándolo, las manos en alto y sonriente.
Reímos.
Luego, seguimos nuestro ascenso hasta donde sea que nos de el aliento

Gabriela Sellart dijo...

Recuerdo cuando mi hijo ya había aprendido a escribir en imprenta e intentaba diferentes maneras enlazar las letras con el objetivo de lograr palabras escritas en cursiva. Tal vez esos enlaces, que a medida que uno crece se vuelven más simbólicos, vuelven a adquirir un carácter concreto en la escritura digital...
Recuerdo el sonido de la pluma de la lapicera sobre el cuaderno Rivadavia, un sonido lejano...
Tejo algunos nudos mientas golpeo el teclado, desato algunos sólo para volver a anudarlos y dejo también muchos cabos sueltos.
Imagino a ese otro, en este caso vos o Diana, pero podría ser otro e incluso yo misma desplegando, reanudando.

Dilaca dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dilaca dijo...

Blogger DLC dijo...

Mi blog, "No se hará en vano". Te lo aclaro porque cuando clickees sobre mi http://noseharaenvano.blogspot.comDLC te llevará a un panel con el nombre de varios blogs.
Aún no he hecho cambios ni he escrito nada.
Estoy atravesando una meseta vivencial.
;)

Pablo Scarfo dijo...

"Con la birome o con la tecla, la tarea sigue siendo la misma: anudar letras que anuden los ojos del lector mientras nos des-nudan."
Me gusta esta ciudad. Me gusta como se escribe en esta ciudad. Me gusta dejar abrazos para esta ciudad.